
Este artículo muestra que la tecnología sirve de intermediaria, pero lo importante no son las herramientas en sí mismas, sino lo que podemos hacer con ellas. Si los jóvenes no hubieran querido hacer oír su voz y rebelarse contra el régimen, no lo hubieran hecho, y Facebook y Twitter no habrían servido de nada. Asimismo, si hubieran querido rebelarse hace unos años, les hubiera resultado mucho más difícil organizarse, sin la ayuda de las redes sociales.
La Web 2.0 es una revolución social que afecta a todos los niveles de nuestra vida: económicos, sociales, políticos… Si solo la entendemos desde un punto tecnológico, estamos dejando escapar muchos matices.





